Algo en lo que pensar

Ahí va una entrada muy personal.

Estaba yo hace unos días tomando lecciones de danza clásica trabajando el equilibrio en relevé sobre un pie, cuando descubrí (aunque ya lo sospechába) que tengo los tobillos débiles. Es una posición que me cuesta mucho mantener sin que el tobillo empiece a temblar cual rascacielos durante un terremoto.

Mi profesora nos dijo algo que me dio que pensar. Nos pedía que esa posición fuera tan natural y segura como estar de pie todo el día. "¿Creeis que esa posición es natural? Preguntádselo a un bebé", dijo.

Y es cierto. No debo pensar que equilibrarme sobre la punta de un pie es algo imposible. A lo largo de mi vida he pasado de ser alguien indefenso que apenas sabía moverse a alguien que en su día aprendió a sostener su cabeza, a sentarse, a gatear, a ponerse de pie, a andar, a correr, a mantenerme sobre dos finas cuchillas sobre el deslizante hielo, y otros muchos pequeños logros que he conseguido a lo largo de mi vida, y sé que algún día podré mantenerme en la dichosa posición todo el tiempo que me dé la gana.

He decidido que no hay movimiento imposible, sino movimiento falto de práctica. Y a eso se le pone remedio fácilmente. Pensaréis que es una obviedad, pero yo he visto la luz esta semana.

Gracias, Mónica.


Por cierto, para todos aquellos a quienes la falta de entrenamiento les hayan dejado tobillos débiles, os regalo estos ejercicios para que le pongáis remedio. Haced series largas de cada ejercicio.