Google

21 feb 2010

Patinaje ¿artístico?

Patinaje es lo que hay entre salto y salto. Artístico lo engloba todo.

Gran polémica se ha armado con los juegos olímpicos de este año. Y es que el nuevo campeón olímpico no sabe hacer arriesgó con cuádruples, mientras que el subcampeón sí. En eso podemos resumir la polémica. Realmente esto tampoco es nuevo. Los campeones del mundo de los últimos dos años tampoco los hicieron en su día (de hecho el campeón olímpico y el campeón del mundo actual son la misma persona, cosa que no ocurría desde hace años).


Por un lado están los partidarios de cuádruple, acualmente el salto más difícil de ejecutar pues necesita cuatro vueltas en el aire, toda una demostración de fuerza, y más si se realiza combinado con otros (aprovechando la salida de un salto para entrar al siguiente).
Esta parte opina que un campeón olímpico o del mundo no puede ganar si no hace cuádruples. Algunos incluso piensan que eso supone un paso atrás, y que se volvería a aquellos años en los que el cuádruple no estaba inventado y que nadie lo intentará puesto que el riesgo de intentarlo no está bien valorado. Pero es que cuando uno arriesga puede ganar o puede perder. Un factor que los jueces valoran mucho, o incluso más que la dificultad, es la limpieza. El nuevo código está hecho para que un triple excelentemente ejecutado tenga más puntos que un cuádruple pobremente ejecutado. Y eso es bueno porque evita que se intenten los cuádruples cuando no están seguros, que todos lo intenten pero ninguno lo haga bien.

En el otro lado están (y aquí me incluyo ¿esto es un blog personal, no?) los que piensan que el cuadruple es interesante pero no imprescindible. Que un programa largo masulino tiene ocho elementos saltados, tres piruetas y dos series de pasos y que no se puede basar la puntuación en uno solo de estos elementos, ya que el patinaje es un deporte muy completo que engloba diferentes técnicas (fuerza explosiva en los saltos, fuerza mantenida en las piruetas y movimientos rápidos y precisos en los pasos), y un patinador debe ser completo.
Eso en lo que a la técnica respecta, pero no olvidemos que esto es patinaje artístico. Si siendo generosos en el tiempo contamos con que en preparar un salto se tardan unos cinco segundos, una pirueta puede durar veinte y una serie de pasos larga puede durar cuarenta y cinco, nos queda que en un programa de cuatro minutos, una vez hechos los elementos técnicos nos sobra bastante tiempo. Y hay que rellenarlos con coreografía, transiciones, expresión artística, etcétera. Admito que la palabra rellenar está mal utilizada, puesto que una buena coreografía lo engloba todo y dura los cuatro minutos. Pocas cosas hay que me gusten más que una serie de pasos bien coreografiada e interpretada acorde con la música (ejemplo patriótico, las excelentes series de pasos, ambas, del programa de "Piratas del caribe" de Javier Fernández).

Es cierto que el patinaje tiene que evolucionar, pero ojo, en todo. O volveremos a aquellos tiempos en los que los programas consistían en cruzados y saltos, más cruzados y piruetas en posiciones poco innovadoras, más cruzados, tal vez una serie de pasos y más cruzados. Ved sino un programa largo de los años ochenta o noventa y comparadlo con uno de ahora y veréis a qué me refiero. Lo mismo de veinte patinadores de una competición sólo un par tenían buenas coreografías en los pasos, posiciones difíciles en las piruetas o transiciones de un elemento a otro. Con el nuevo código hemos ganado en eso que hay entre salto y salto ¿qué era? Ah, el patinaje.
También hay que ver que el nuevo código, aunque no es tan nuevo, tiene que mejorarse. Las piruetas y los pasos por encima de la media no se valoran como es debido y es probable que con los años la dificultad de estos elementos aumente considerablemente y eso el código tiene que poder reflejarlo.
Por ejemplo ahora mismo las piruetas de Stephane Lambiel (patinador que por cierto hizo, no uno sino dos, cuádruples pero no estaban limpios y de poco le sirvieron) están a años luz de las del resto, sin embargo la nota que reciben es muy poco diferente a la que reciben otros patinadores en sus piruetas.

También debe influir el hecho de que al final sea una persona quien decida el nivel de un elemento y con ello la nota desde la que parte. En saltos no hay ese problema, puesto que un triple o un cuádruple siempre será un triple o un cuádruple, pero si una pirueta es de nivel dos, tres o cuatro (o cinco en un apartado especial para Lambiel que debería inventarse, como he leído por ahí), es algo que debería decidir más de una persona.

En definitiva, ganó el patinador más completo y más correcto, símplemente.

Por último una opinión muy personal a aquellos comentarios que he leído sobre que los patinadores son atletas y no bailarines, que "para ver baile se van al ballet". La verdad es que comentarios como ese me enervan. Yo como espectadora, si quiero ver sólo saltos tengo la gimnasia deportiva, los saltos de trampolín, y ahora en deportes de invierno el esquí acrobático (y son deportes que me gustan y sigo). Si el patinaje fuera sólo ver quien hace el salto más complicado, no habría más que sacar a los patinadores en chándal y darles treinta segundos para que ejecuten su salto. Los patinadores se ahorrarían mucho tiempo y esfuerzo en elegir música y vestuario (esto podría hacer que la fábrica de cristales Swarovsky quiebre, hay que pensar en ellos también ¿no?).

Otro día hablamos de como un deportista, además de intentar ganar, tiene que saber perder con elegancia. Y ojo, que quedar segundo en unos juegos olímpicos tampoco se puede decir que sea perder.